EL PATRIOTISMO DE FERROVIAL Y ÉL DEL REY EMÉRITO

La constructora Ferrovial, una de las empresas más importantes del IBEX 35 de abandonar su sede en España e instalarse en Países Bajos, ha producido una cascada de críticas acusándola de falta de patriotismo.

El argumento esgrimido por los máximos responsables de la constructora, se basa en que existe en ese país, una seguridad jurídica que por el contrario en España no existe.

Es cierto que la inseguridad jurídica de España, día a día es un hecho incontestable, por mucho que se alegue por el Gobierno que estamos en un estado de derecho.

Con independencia de ese argumentario, se esconde también la fiscalidad mucho más beneficiosa que en España.

En el dilema patriotismo-seguridad jurídica y mejor fiscalidad ha prevalecido esta última.

Es ciento también que el crecimiento y desarrollo de la constructora con concesiones en obras públicas por parte de los distintos gobiernos es argumento sólido para que no hubiera abandonado España y así mostrar al mismo tiempo su patriotismo y solidaridad.

El otro caso, que ha pasado de puntillas, lo representa el Rey Emérito que en recientes fechas ha fijado su domicilio fiscal en Emiratos Árabes para no tributar en España.

Si el Emérito regularizó, con privilegios, sus deudas con la Hacienda Española ¿Por qué ahora fija su domicilio fiscal fuera de España?

Blanco y en botella, una presunta fortuna todavía no ha aflorado y ello le eximiría de descubrirse de tener que dar cuentas a las autoridades fiscales españolas.

El mayor patriota de España, debería ser el Jefe del Estado, dando ejemplo a todos los españoles en los que estamos representados como patriotas.

Nos encontramos ante dos ejemplos, nada edificantes y que demuestran que por encima de cualquier patriotismo, los intereses económicos  no conocen de sentimientos patrióticos.

Fdo.: Miguel Bernad