Un
fiscal reprobado incluso por sus propios compañeros, con un nombramiento ilegal
e investigado por el Tribunal Superior de Justicia de Madrid y el Tribunal
Supremo, carece de legitimidad para denunciar a las acusaciones populares.
Nos
encontramos ante un fiscal general, sectario, politizado y dependiente de las
instrucciones del Presidente del Gobierno y que no cumple con el mandato
constitucional del Art. 124 de la Constitución Española.
Manos
Limpias confía que el proceso penal por el que está siendo investigado, le
inhabilite en su función y de esa manera se frenará el daño a nuestro sistema
democrático y al estado de derecho .
Madrid, a 05 de septiembre de 2024